lunes, 25 de agosto de 2008

A veces pasa eso

Sexto día. Conjetura número 145.896.785 sobre las causas del accidente de Barajas. Momento de reflexión...

Recuerdo las portadas del día después. Uno de los dos diarios más importantes de este país abría con un titular que decía algo así como “La crisis de Spanair le cuesta la vida a 153 personas”.

Dar por hecho algo que, aún en el caso de que fuese cierto, todavía no se ha demostrado = "No dejes que la verdad te estropee una buena noticia".

... "Calma. No es momento de enfadarte con la profesión"...

Reflexión serena: ¿Preferiría que me robasen la cartera o perderla de forma accidental? ¿Preferiría que me robasen la vida o perderla accidentalmente? ¿Si un familiar mío hubiese ido en ese avión, preferiría que hubiese sido un accidente sin culpables o que alguien fuese responsable?

Valoro posibilidades...

Opción A. Saber que ha sido un accidente implica la resignación más absoluta, el desconsuelo más doloroso. También puede ser la única vía de consuelo. (¿Ilógico?... "Sí, a veces pasa eso con la muerte")

Opción B. Saber que hay un culpable te llena de ira, de preguntas, de reproches, puede servir para desahogarte, para tener a quien culpar y odiar, para albergar otros sentimientos además del dolor. "No hay sitio para más", dice el alma. Entendido.

....(Pienso: qué absurdo es hablar de 'muerte' y 'opciones' en el mismo contexto)...

Busco una vivencia que me sirva para dar lógica a todo esto (¿Lógica?..."Sí, a veces pasa eso con la muerte").... Mi abuelo murió mientras disfrutaba de un baño en el mar. Él amaba esa sensación. Unos meses antes, sentada en una silla, le observaba sobre la cama de un hospital cuando le dió una de sus crisis. Yo ya debería estar acostumbrada y saber controlar la situación pero lo cierto es que nunca dejé de sentir terror cada vez que a él le faltaba el aire.

Mientras esperaba que la crisis pasase, deseaba no tener que verle morir sufriendo en esa cama. Se me cumplió. Murió disfrutando de lo que más le gustaba, feliz, sin cables, sin máquinas, sin dolor, seguramente sin darse cuenta. Fue entonces cuando entendí que mi egoísmo no permitía que eso fuese un consuelo. ¿Por qué tuvo que morirse justo cuando acababa de recuperarse? ("Tú no querías verle morir en un hospital. No estás siendo lógica"... "Sí, a veces eso pasa con la muerte")

Pensé que siempre había estado equivocada en cuanto a mis deseos, que en realidad habría sido mejor verle morir en la cama de un hospital para tener al menos ese consuelo estúpido de que había dejado de sufrir... y tener la oportunidad de despedirme.

Es lo que comúnmente se llama egoísmo humano. En realidad, daba igual cómo y cuándo hubiese sido porque habría dolido con la misma intensidad... de esa forma con la que te das cuenta de que el alma existe, porque sólo el alma puede doler así.

Sean cuales sean las causas de ese accidente, haya culpables o no, finalmente no habrá consuelo porque lo importante es que la cartera habrá desaparecido del bolsillo.

"Qué reflexión tan absurda"... perdón, no sé pensar cuando duele.

Te echo de menos... ("Lógico")

3 comentarios:

María Giuseppina dijo...

Querida amiga
Me sorprendes por muchas cosas, te admiro por muchas otras, pero leer cada nueva entrada tuya me estremece y te lo digo en serio.

Nunca dudé de tu talento pero por suerte ahora puedo leerlo y reflexionar contigo, lo único que pienso es... "¿cuánto tiempo falta para que esta genia tenga su columna?"

Te quiero mucho!

Tatita dijo...

Sin palabras

Renglón Torcido dijo...

¿Tú? Imposible