He pasado medias noches intentando analizar las ramificaciones de la locura. Renglones torcidos que esconden mis verdades. Las otras medias noches las pasé disfrutando porque a ratos la locura me enseña que lo único que hay que entender es que entender no siempre es requisito. Deshilo el tiempo... y mientras imagino una guerra entre las sábanas de mis ganas convictas y mis tímidas ganas.
- Sssshhhh, ¡Renglones, silencio!
Y Renglones guardó silencio en mitad de la noche, reflejando el cansancio del final del día...y del alma.