martes, 8 de julio de 2008

Eso significa que vives

Kafka decía que no había que desesperar ni siquiera por el hecho de que no desesperases porque, cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Eso significa que vives.

Desde mi último post, he estado esperando a ver si seguía viva, mirando a mi alrededor en busca de algo que me desesperase o me inspirase, algo que hiciera surgir nuevas fuerzas. Lo encontré, pero tuve que esperar unos días para no torcer los renglones al escribir.

“Somos el ejército nacional. Son ustedes libres”, fue lo que escucharon el miércoles pasado los 15 secuestrados por la guerrilla colombiana al ser liberados. Cuando lo leí en la portada de un periódico, la frase de Kafka vino de nuevo a mi mente... “Eso significa que vives”.

Ingrid Betancourt consiguió dejarme sin palabras cuando apareció ante los micrófonos, tras más de seis años en manos de las FARC, con una templanza, una tranquilidad y una cordura prácticamente intactas. Ese día decidí dejar de leer todo lo que se publique sobre ella porque quiero quedarme con esa imagen tan verdadera.

Y es que, mucho me temo que en cuanto Betancourt comience de verdad a vivir de nuevo, una parte del mundo comenzará de nuevo a matarla. Bastará con no adoptar la postura política que se espera de ella, o sencillamente no adoptar ninguna postura, entonces la víctima ya no será tan víctima y comenzarán a escribirse renglones torcidos tras los que algunos olvidarán que esta mujer dejó de vivir seis años y que ahora tiene todo el derecho a decir con libertad lo que no pudo decir en todo ese tiempo, a callar si es lo que quiere pero, sobre todo, tendrá derecho a equivocarse todo lo que no pudo hacerlo antes.

Bienvenida al sanatorio, Ingrid.

1 comentario:

Laura dijo...

Acabo de leerte y creo que no eres realmente consciente de la verdad que hay en tus palabras. Tan sólo dos días después de la liberación de Ingrid Betancourt podía leer en algunos foros de ideas progresistas que Betancourt a lo que tendría que dedicarse es a cuidar a sus hijos, a los que no veía en 6 años, en vez de a ir a París a visitar a Sarkozy. Para que veas. Ingrid Betancourt ni siquiera tiene derecho a mostrar su agradecimiento a todos los que la han ayudado a salir de su secuestro.
Betancourt tiene derecho a equivocarse como todos los seres humanos pero tal vez con ella deberíamos ser más indulgentes. Sólo por una cuestión: al contrario que la mayoría de nosotros ella se ha sacrificado por sus ideas.